PRINCIPALES INDICADORES DE ACTIVIDAD

Evolución de  las dimensiones del mercado, la obra pública, la sustitución energética y el ahorro de emisiones de CO2

A lo largo de un siglo de historia, la industria cementera ha vivido en paralelo los avatares de la economía catalana de manera especial: en tiempos de bonanza, su actividad creció por encima de la media del resto de sectores económicos; por el contrario, en situaciones de crisis, la caída siempre fue mucho más acentuada. Las empresas han sobrellevado esta situación gracias a su competitividad en los mercados exteriores, que les ha permitido exportar los excedentes de producción cuando el consumo doméstico ha sido muy bajo. De hecho, Cataluña y el conjunto de España fueron en los años 80 la primera potencia mundial en exportaciones de cemento y clínker.

Hay que destacar, de todas formas, que los efectos de la última crisis económica fueron especialmente devastadores para el sector catalán del cemento, hasta el punto que hay que remontarse a la década de los años 60 del siglo pasado para encontrar niveles de consumo tan bajos como los del momento actual. Con una diferencia añadida: hace 50 años, la población catalana apenas alcanzaba los 4 millones de habitantes, mientras que actualmente supera los 8.