Un material para la protección y la calidad de vida

La historia del cemento es la historia del hombre y de su búsqueda de un espacio para vivir con la máxima seguridad, protección y comodidad. Desde sus inicios y hasta la actualidad, los avances técnicos han transformado este material en un elemento indispensable para el desarrollo social y para la mejora de la calidad de vida de las personas.

Templos, palacios, museos, infraestructuras... son el resultado de la inquietud y el esfuerzo que sustentan el progreso de la humanidad. Desde los primeros vestigios de cemento, numerosos descubrimientos y avances, a lo largo de miles de años, han sido determinantes para crear una nueva fisonomía del mundo: edificios, calles, avenidas, carreteras, presas y canales, fábricas, talleres y casas nos han aportado un mundo para trabajar, crecer, progresar... y, en definitiva, disfrutar de bienestar.

El cemento portland

A partir de mediados del siglo XVIII, se comenzaron a realizar una serie de investigaciones y procedimientos relacionados con el cemento y el hormigón. En 1824, James Parker y Joseph Aspdin patentaron un nuevo cemento hidráulico artificial, fabricado por la combustión conjunta de caliza y carbón, que llamaron Portland Cement por su color oscuro, similar a la piedra de la isla de Portland. En sus inicios este material no fue muy utilizado, debido a su complejo procedimiento de fabricación, que encarecía su producción.

Hacia finales del siglo XIX, el proceso de industrialización y la introducción de hornos rotatorios propiciaron la extensión de su uso para todo tipo de aplicaciones. Actualmente, y a pesar de todas las mejoras técnicas producidas, el cemento portland sigue siendo, en esencia, muy similar al primero que se patentó.

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