Hacer más con menos

Esencialmente, la economía circular es una estrategia de eficiencia: "hacer más con menos". Consiste tanto en reducir el consumo de materiales en la fase de producción de bienes, como minimizar la generación de residuos. De este modo, se pasa de un flujo lineal de materiales (recurso-producto-residuo) a un flujo circular (recurso-producto-recurso reciclado). Y todo ello, coordinado con el progresivo abandono del uso de combustibles fósiles (que son contaminantes y caros) para energía renovable.

Es en la combinación de estas dos políticas que surge el concepto de aprovechamiento energético de los residuos que ni se han podido evitar ni se pueden reutilizar ni reciclar. La biosfera es la gran beneficiada porque, aparte de disminuir el consumo de combustibles fósiles, se produce un descenso drástico de los vertederos.

El sector del cemento ha sido pionero en Europa en la aplicación de los principios de la economía circular. Las fábricas utilizan desde hace mucho tiempo, por ejemplo, escombros de edificios o escorias de chatarra como materias primas para su producto. Es la llamada valorización material y sirve para integrar en el ciclo productivo desechos que, de lo contrario, irían a vertederos, perjudicando los entornos naturales. También en el aprovechamiento energético de residuos las cementeras son líderes.

Residuos que se usan como combustible

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