Más de una década de estancamiento en las ventas

La falta de ejecución de obra pública en Cataluña mantiene en crisis al sector cementero catalán. Durante los últimos años, el importe de las licitaciones en Cataluña ha sido insuficiente y siempre muy alejado de la media histórica y de las necesidades objetivas del país. En 2022 se produjo la paradoja de que hubo un aumento de cerca del 25% en el volumen de licitaciones, pero la falta de ejecución -por la falta de diligencia de las diferentes administraciones, por los concursos desiertos o por la paralización de los proyectos debido al incremento de costes- mantuvo en cota baja la actividad del sector.

El ligero incremento del 6% del consumo de cemento en el mercado doméstico debe contextualizarse. Por una parte, 2022 fue el año en que se eliminaron los obstáculos a la actividad derivados de la emergencia sanitaria del Covid-19, lo cual debería haber llevado a una recuperación mucho mayor de la construcción, como ocurrió con otros sectores de la economía.

Por otro lado, las cementeras acumulan 11 años seguidos de estancamiento, con volúmenes de ventas mínimos. En el año récord de 2007, el consumo se encaramó hasta casi los 9 millones de toneladas. El estallido de la burbuja inmobiliaria y la falta de inversión pública llevaron a un hundimiento de esta magnitud, que pasó a estar en torno a los 2 millones de toneladas. Y en ese mismo nivel se halló el sector al cierre de 2022.

Nota: Cifras en toneladas

(*) Datos provisionales

Fuente: Oficemen