Las restricciones a las actividades económicas derivadas de la segunda ola de la pandemia del Covid-19 han provocado una nueva caída de los volúmenes de Producción (-3,9%) y de Consumo (-5, 3%) de cemento en Cataluña. Estas cifras negativas se añaden a las pérdidas acumuladas desde marzo pasado, y sitúan el índice interanual (el acumulado de los últimos 12 meses) en un descenso del 4,7% con respecto a producción y una aún más grave reducción del consumo, que llega al 11%. Con estas estadísticas se confirma que el mercado doméstico ha entrado en una coyuntura de atonía que castiga un sector que ya se encontraba en una situación muy difícil antes de la emergencia sanitaria.
Aunque las últimas semanas han aparecido noticias relativas a la reanudación de la Línea 9 del Metro de Barcelona y sobre nuevas inversiones en Cercanías de Renfe, la patronal Ciment Català considera fundamental que estas expectativas y promesas se materialicen. Su presidente, Salvador Fernández Capo, asegura que «si las administraciones públicas no dan un impulso efectivo a la licitación de nuevas infraestructuras, la continuidad de la industria del cemento quedará muy amenazada». El presidente recuerda que «la construcción es el sector que más rápidamente genera empleo y actividad económica, con una media de creación de 25 puestos de trabajos por cada millón de euros invertido». La recuperación económica del conjunto del país depende «de forma directa de que se reanuden los proyectos de obra pública y de promoción de viviendas que han quedado paralizados este año», remacha Fernández Capo.
La previsión de la patronal para el 2021 indica un pequeño incremento del consumo del cemento que, si no se ponen en marcha los nuevos proyectos de construcción anunciados, será insuficiente ni siquiera para volver a los niveles de 2019, último ejercicio completo sin afectación de la pandemia.