LAS MATERIAS PRIMAS

Las fábricas de cemento buscan mejorar su eficiencia en el proceso productivo para reducir el consumo de recursos naturales

Del proceso de fabricación, resultan dos productos: el clínker y el cemento, si bien este segundo -el cemento- es el resultado de moler el primero junto con adiciones. La materia básica para fabricar el clínker es el carbonato cálcico, que se obtiene mayoritariamente de la piedra caliza o de margas, que son una combinación de piedra caliza y arcilla.

Siguiendo con los principios de la llamada “economía circular”, aquella estrategia que consiste en «hacer más con menos«, las fábricas catalanas de cemento buscan mejorar su eficiencia en el proceso productivo para reducir el consumo de recursos naturales. Las vías que permiten este ahorro son el uso de subproductos como materia prima del clínker y a través adiciones en la fabricación de cemento.

LAS VENTAJAS AMBIENTALES DE LA VALORIZACIÓN MATERIAL

Las fábricas de cemento reciclan una gran cantidad de subproductos industriales, ya sea para sustituir parcialmente las materias primas o como adiciones del cemento, de manera que se evita que el destino final de estos residuos pueda ser el vertedero. El proceso de fabricación de cemento posibilita el reciclaje de residuos por dos vías:

  • Como sustitutos de materias primas, cuando se mezclan los subproductos industriales con las materias naturales (piedras calizas y margas) antes de entrar en el horno, lo que permite reducir los recursos que extraen de las canteras. Las materias primas de sustitución más utilizadas en Cataluña son cenizas de pirita (que tienen un alto contenido en hierro), lodos de papelera (carbonato cálcico), arenas de fundición (óxido silícico) o residuos de demolición (de naturaleza cálcica o silícea). Los escombros de construcción se pueden utilizar como sustituto de materias primas, pero requieren un proceso previo de separación.
  • Como adiciones al cemento, cuando los subproductos industriales se muelen o se mezclan en cantidades limitadas con el cemento, para modificar sus propiedades, tales como la velocidad de endurecimiento, los niveles de resistencia o la durabilidad frente a agentes agresivos específicos como el agua de mar o los sulfatos. Las fábricas utilizan residuos con propiedades hidráulicas o puzolánicas como adiciones: cenizas volantes procedentes de centrales térmicas de carbón, escorias granuladas de horno alto, puzolanas industriales, yeso industrial…

LAS ADICIONES REDUCEN LAS EMISIONES DE CO2

Dado que las adiciones no son calcinadas en el horno sino que se añaden al clínker, se produce un ahorro de combustible por cada tonelada de cemento producido y, por tanto, una disminución de las emisiones de CO2. Concretamente, por cada tonelada de clínker ahorrada gracias a la sustitución por adiciones se reduce en 0,9 toneladas la cantidad de CO2 que se emite a la atmósfera.

Estos tipos de materiales alternativos no suponen ningún aumento de las emisiones atmosféricas, no tienen incidencia en la salud de los trabajadores ni en el medio ambiente y no afectan a la calidad del producto final. Sin embargo, la utilización de adiciones al clínker no es ilimitada, ya que está regulada para cada tipo de cemento por los estándares de calidad del producto, recogidos en las normas UNE y UNE-EN.

BENEFICIOS DEL RECICLAJE DE RESIDUOS EN EL PROCESO DE FABRICACIÓN DE CEMENTO

Disminuye la necesidad de extraer recursos naturales

Reduce la explotación de canteras

Reduce las emisiones de polvo y de ruido

Aprovecha los recursos destinados a vertido sin impactos añadidos

Gestiona residuos que requieren soluciones diferentes al vertido a un precio competitivo

Ahorra energía, ya que permite fabricar menos clínker para conseguir la misma cantidad de cemento gracias a las adiciones

Rebaja la emisión de gases de efecto invernadero