El consumo de cemento de Cataluña durante el mes de mayo ha registrado un crecimiento del 0,4%. Con esta cifra, la variación del mercado en el último año se sitúa en un -8,5% y un volumen de 2,10 millones de toneladas. La producción de cemento se mantiene prácticamente idéntica a la de mayo de 2023, pero acumula una caída del 6,6% en los últimos 12 meses, con un volumen de 3,15 millones de toneladas. Las exportaciones de cemento y clínker, en cambio, han crecido un 77% durante el mes de mayo, lo que ha ayudado a minimizar el fuerte descenso de las ventas en los mercados exteriores de los últimos tiempos que, aun así, han disminuido un 18, 2% en el último año y suman 1,6 millones de toneladas.
Las estadísticas confirman tanto la atonía del mercado doméstico como las dificultades de las empresas catalanas para competir en otros países. Este contexto es susceptible de empeorar en la actual coyuntura que vive el país. Ciment Català, la patronal del sector, lanza un aviso sobre la parálisis en la gestión de la administración catalana por el hecho de que el gobierno de la Generalitat se encuentra en funciones y con los presupuestos prorrogados. Su presidente, Salvador Fernández Capo, alerta de que con esta situación «se retrasará aún más la ejecución de inversiones en infraestructuras» imprescindibles para la sociedad y para los sectores económicos.
La demora en la construcción y mantenimiento de los equipamientos públicos se suma al retraso y la falta de resolución en la respuesta a los proyectos técnicos de la industria, con el perjuicio que esto conlleva a las fábricas, por ejemplo, en sus planes de descarbonización y de lucha contra el Cambio Climático.