ESCUDO DE LA HUMANIDAD
La función protectora del cemento facilita la coexistencia entre la actividad humana y el medio natural
¿Cómo sería un mundo sin cemento? ¿Cuántas construcciones hubieran soportado el paso del tiempo? ¿Cuántas vidas se hubieran perdido por las inclemencias del clima o por el fuego? ¿Cómo viviríamos sin casas seguras, escuelas, hospitales ni carreteras? ¿Cómo se garantizaría la salubridad de las aguas?
Son cuestiones difíciles de imaginar por los ciudadanos del siglo XXI que vivimos, sin ser del todo conscientes, rodeados de edificaciones e infraestructuras construidas a base de cemento. Este material universal con el que convivimos y compartimos nuestras vidas ya forma parte inseparable de las sociedades modernas desarrolladas. En él tiene su origen la calidad de vida de que disfrutamos, y con él disponemos de seguridad, protección y comodidad.
VENTAJAS Y CUALIDADES
SEGURIDAD PARA LAS PERSONAS
Por sus características de durabilidad y resistencia, las construcciones a base de cemento y hormigón juegan un importante papel en la minimización de las consecuencias de los cambios de clima repentinos y los desastres naturales (inundaciones, huracanes, movimientos de tierras, terremotos, erupciones volcánicas, incendios, oleadas de frío o de calor, tormentas…).
Para evitar y minimizar los impactos que estos accidentes pueden tener sobre el hombre, el cemento aporta una serie de medidas protectoras y defensivas. Así, se construyen infraestructuras para la prevención de inundaciones (canalizaciones, estructuras de contención, túneles), de protección costera (barreras, diques, rompeolas), para evitar movimientos de tierras (estructuras de contención, de drenaje), de prevención de incendios (depósitos de aguas, límites pavimentados) o estructuras resistentes a los efectos sísmicos de los terremotos. Incluso, el hormigón se puede utilizar para construir barreras de protección en casos de erupciones volcánicas o de accidentes nucleares.
DEFENSA DEL ENTORNO NATURAL
La actividad humana puede impactar de forma negativa en la naturaleza y conlleva efectos perjudiciales para el medio ambiente. La naturaleza y el resto de especies vivas del planeta pueden sufrir las consecuencias de la mano del hombre (incendios, accidentes en instalaciones industriales, derrames químicos, contaminación, etc.), unas secuelas que, en ocasiones, pueden ser irreparables y muy graves.
El cemento pòrtland ha contribuido al desarrollo de materiales y técnicas constructivas que ayudan a evitar o minimizar los efectos de estas situaciones.
Es como si el cemento actuara de mediador entre la humanidad y la naturaleza, ofreciendo puentes de diálogo para mejorarles la convivencia. Con el tiempo, el hombre ha aprendido a respetar y a vivir con el lado más salvaje de la naturaleza y, a su vez, ella se ha acercado a los humanos cediéndoles parte de su regazo. Así, con fuerza de voluntad, generosidad y empatía, las dos partes pueden convivir y coexistir de forma pacífica y armoniosa.
RESISTENCIA AL FUEGO
Otra de las grandes cualidades de este material esencial para el desarrollo de nuestra sociedad es su resistencia al fuego. Algunas de sus propiedades son:
- Incombustible, inflamable y mal conductor de calor
- No desprende humos ni gases tóxicos
- Mantiene sus características mecánicas, lo que facilita la evacuación y el auxilio por parte de los bomberos
- Ofrece resistencia pasiva frente las llamas (estabilidad estructural, evita el colapso)
- Limita las áreas afectadas por el incendio
- Evita el derrumbamiento y sus daños colaterales
- Es fácilmente reparable
- No se degrada por el uso del agua
Madera | Acero | Hormigón (cemento) | |
---|---|---|---|
Resistencia al fuego sin protección | Muy baja | Baja | Alta |
Combustibilidad | Alta | Ninguna | Ninguna |
Contribución a la carga de fuego | Alta | Ninguna | Ninguna |
Conductividad del calor | Baja | Muy alta | Muy baja |
Incorpora protección frente al fuego | Muy baja | Baja | Alta |
Posibilidad de reparación después del fuego | Ninguna | Baja | Alta |
Protección para los usuarios durante la evacuación y los bomberos | Baja | Baja | Alta |
ESTABILIDAD TÉRMICA
Otra de las grandes prestaciones más valoradas de este material en términos de eficiencia energética y sostenibilidad es su estabilidad térmica. Diversos estudios realizados en centros universitarios apuntan a que la capacidad térmica del hormigón permite reducir el consumo de energía entre un 2% y un 15% dependiendo del clima.
Los edificios construidos con este material ayudan a conservar el calor durante el invierno y a mantener una temperatura fresca durante el verano, lo que repercute en un mayor ahorro energético, puesto que permite reducir el consumo de calefacción y aire acondicionado, de forma que contribuye a rebajar las emisiones domésticas de CO2. Esto se debe a la inercia térmica del hormigón, que permite compensar diariamente las temperaturas máximas y las mínimas.
Los arquitectos, las administraciones públicas y los ciudadanos están concienciados sobre la eficiencia térmica de sus edificios, especialmente cuando el 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero se produce en las viviendas.
DURABILIDAD
Por su enorme durabilidad, las estructuras de hormigón tienen vidas útiles y muy elevadas. Con un mínimo mantenimiento, tienen una gran capacidad para soportar las acciones mecánicas, los ataques químicos u otros procesos de deterioro. En este sentido, la evolución técnica, con la que se han conseguido hormigones de altas prestaciones, ha elevado considerablemente la durabilidad y el ciclo de vida de las estructuras. Esta mejora hace que le hormigón sea uno de los materiales más adecuados para atender la exigencia social de una construcción sostenible.
Además, al finalizar la vida útil, este material se puede reciclar: como áridos para la construcción o para fabricar nuevos materiales.