En 2015 la industria cementera de Cataluña evitó que 308.983 t de residuos aprovechables se enterrasen en vertederos, cantidad equivalente a más de 90 piscinas olímpicas, y que supone un 13,68% del total a escala nacional. Esta y otras informaciones se recogen en la última actualización, con datos a cierre de 2015, del informe sobre “Reciclado y valorización de residuos en la industria cementera en España”, elaborado por el Instituto Cerdà y presentado en Barcelona por la Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente (Fundación CEMA).
“Desde las administraciones catalanas se está realizando un importante esfuerzo en los últimos años para reducir el volumen de residuos enviados a vertedero, un aspecto en el que la industria cementera juega un papel crucial. Enviar hoy una tonelada de residuos a un vertedero en Cataluña tiene un coste de 64,5 euros por tonelada, 17 euros más que en el total de la media española donde el coste es de 46,2 €/t. La implantación de tasas disuasorias al depósito de residuos en vertedero es la vía más efectiva para mejorar las tasas de reciclado y para convertir los residuos no reciclables en recursos, en línea con las políticas de economía circular de la UE”, explicó Dimas Vallina, director gerente de Fundación CEMA, durante el acto de presentación.
“Países de nuestro entorno como Austria, Alemania o Bélgica, son conscientes de ello y penalizan con un coste mayor el envío de residuos a vertedero: 96 €/t, 140 €/t y 148,5 €/t, respectivamente. Allí, los vertederos prácticamente han desaparecido”, añadió el director gerente de Fundación CEMA.
Valorización material y energética
En 2015, cuatro fábricas de cemento en Cataluña —Alcanar, Montcada i Reixac, Sant Vicenç dels Horts y Santa Margarida i els Monjos— consumieron un total de 139.340 toneladas de materias primas alternativas, el 9,2% del total de la industria cementera española, que ascendió a 1.509.751. Cataluña es la Comunidad con mayor variedad de materias primas alternativas empleadas en sus instalaciones, con un total de 20 tipos entre 2004 y 2015, años que abarca el estudio.
El porcentaje de sustitución energética —de combustibles fósiles por residuos— en la industria cementera catalana alcanza así el 25,1%, 1,7 puntos porcentuales por encima de la media nacional (23,4%), pero muy alejado del que tienen otros países de nuestro entorno, líderes en protección medioambiental como Austria (75,1%), Alemania (64,6%) o Bélgica (50%). Esta práctica ha permitido evitar en Cataluña la emisión a la atmósfera de 171.639 t de CO2, cantidad equivalente a las emisiones de 114.426 vehículos en un año.
La comunicación de la Comisión Europea sobre economía circular, presentada a la lo largo de la jornada por parte de un ponente de la Comisión, dice textualmente que “Cuando no se pueden evitar o reciclar los residuos, en la mayoría de los casos y tanto desde el punto de vista medioambiental como económico, es preferible recuperar su contenido energético en vez de depositarlos en vertederos”. La industria cementera juega un papel clave en ese nuevo paradigma de la economía circular, aprovechando el poder calorífico de residuos no reciclables.
La jornada, clausurada por el secretario general de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Catalunya, Ferran Falcó i Isern, contó con la participación, entre otros, de la directora de Comunicación de Cembureau (Asociación Europea de Fabricantes de Cemento), Jessica Johnson, que explicó la barreras y oportunidades existentes en diferentes países de la UE a la recuperación energética de residuos; y del director del área de medio ambiente del Instituto Cerdà, Miguel Hernández.