La protección del medio ambiente, el impulso a medidas que hagan posible la transición del sector hacia una Economía Circular de acuerdo con el Plan de Acción de la Comisión de la UE y la mejora de la información pública sobre el impacto ambiental de la actividad de la industria cementera son los objetivos principales del Acuerdo Voluntario firmado ayer entre la Generalitat y Ciment Català. Este pacto, el tercero que se subscribe después de los de 2002 y 2011, establece hasta 48 actuaciones concretas de prevención, reducción y control de la contaminación que se tienen que implantar en las fábricas de cemento catalanas durante los próximos 4 años. Estas actuaciones incluyen desde la reducción de las emisiones de partículas por chimeneas hasta la eficiencia energética, la biodiversidad y la movilidad, pasando por el uso de residuos como combustibles.
Con el convenio firmado por el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, y el presidente de Ciment Català, Salvador Fernández, las fábricas catalanas toman el compromiso de trabajar continuamente para la mejora de la calidad del aire y también por la transparencia, informando a la población sobre el impacto ambiental de su actividad. Una acción, esta, que ya vienen desarrollando en los últimos años con la compra y mantenimiento de estaciones y equipos de seguimiento de la calidad del aire en las localidades donde están ubicadas, y con la instauración de sistemas de diálogo constante con los diferentes Grupos de Interés.
Las dos partes firmantes destacaron la mejora en la eficiencia de los recursos que comportará la aplicación del nuevo Acuerdo Voluntario y, muy especialmente, los beneficios que generará en términos de protección del ambiente atmosférico. Las primeras consecuencias del Acuerdo serán la puesta en marcha de comisiones y grupos de trabajo mixtos destinados a desplegarlo normativamente por un lado, y a iniciar las inversiones y la puesta en marcha de nuevas infraestructuras en las fábricas de cemento por el otro.