El inicio de 2021 no ha cambiado la tendencia negativa que vive la industria catalana del cemento. Los datos provisionales correspondientes al mes de enero muestran una nueva caída del mercado (-4,7%) con un total de sólo 146 mil toneladas utilizadas, la cifra mensual más baja de los últimos 2 años si se descuentan marzo y abril del año pasado, cuando se decretó el paro de la actividad. Esto sitúa el índice interanual con una reducción del 9,6%, y un volumen que no llega a los 2 millones de toneladas. Para acabar de ensombrecer este panorama, las exportaciones se han reducido un 20,9%.
Con el fin de revertir esta situación, la patronal Ciment Català considera imprescindible un relanzamiento de las licitaciones para la construcción y mantenimiento de infraestructuras. Hay que recordar que, en 2020, la licitación en Cataluña cayó más de un 20%. El presidente sectorial, Salvador Fernández Capo, reclama que «el nuevo gobierno de la Generalitat apueste decididamente por el impulso a la obra pública. Al país le son imprescindibles nuevas infraestructuras para recuperar la economía, y la ciudadanía lo requiere para sus necesidades de movilidad y de vivienda». En este sentido, recuerda también que la Construcción es el sector que más rápidamente genera empleo.