Después de 3 ejercicios consecutivos al alza, la industria catalana del cemento ha entrado de nuevo en situación de crisis. Según los datos estimativos del Barómetro del Cemento, el consumo se ha reducido un 1,2% en 2018 respecto del año anterior. La cifra contrasta con la evolución del mercado español, que ha crecido un 8,1% durante el mismo periodo, un diferencial que aún sería mayor si se excluyera Cataluña del cómputo.
Salvador Fernández Capo, presidente de Ciment Català, atribuye la causa de la caída del mercado en Cataluña a «la parálisis de la inversión en infraestructuras por parte de todas las administraciones públicas». Las perspectivas a corto plazo, además, «siguen siendo pesimistas, porque la evolución del mercado durante el año 2018 muestra una clara, constante y progresiva tendencia negativa».
La variación interanual del consumo en Cataluña ha pasado de un crecimiento de casi el 17% en enero a la tasa negativa de diciembre. En este último mes, el uso de cemento en el mercado doméstico fue de 118 mil toneladas, un 9,7% inferior a diciembre de 2017. En el total del año, el consumo sumó 1,83 millones de toneladas, frente a los 1,85 millones de 2017.
La actividad de las fábricas catalanas 2018 también se ha visto disminuida tanto respecto a Producción (un 10,4% inferior a 2017) como a Exportaciones, con una variación interanual negativa del 21,9%.