Aunque en noviembre sólo ha aumentado en un 1,8%, el consumo de cemento en Cataluña acumula un crecimiento del 9,6% durante los 11 primeros meses de 2021, hasta superar los 2 millones de toneladas. En términos interanuales (período diciembre de 2020 a noviembre de 2021) el incremento es prácticamente idéntico (9,5%) y sitúa el consumo del período en 2,18 millones de toneladas.
Sin embargo, estos resultados positivos deben interpretarse en un contexto de baja actividad del sector, que está en cifras similares a las de hace 50 años. A pesar de que las licitaciones de obra pública están creciendo a muy buen ritmo en 2021, todavía no se han traducido en la construcción efectiva de las infraestructuras que necesita el país.
Por otra parte, la industria sufre de forma muy acusada el incremento de los precios de la energía eléctrica y también de la compra de derechos de emisión de CO2, factores ambos de coste relevantes para la fabricación de cemento. Electricidad y derechos de emisión están en máximos históricos. La consecuencia más directa de esta coyuntura es la continua caída de las exportaciones: un 16,5% en noviembre, un 11,5% durante 2021 y un 6,6% en el conjunto del año móvil.
Para el presidente de la patronal Ciment Català, Salvador Fernández Capo, “la tendencia en el incremento de estos costes es clara, y es necesario poner en marcha soluciones de inmediato. Por lo que respecta a la electricidad, necesitamos que se nos autorice a establecer contactos bilaterales con operadores de energías renovables, a precios competitivos. En la cuestión de los derechos de CO2, la solución pasa por mantener la asignación de derechos gratuitos y por aplicar un mecanismo de ajuste de carbono en frontera para el clínker procedente de países fuera del mercado de emisiones de gases de efecto invernadero”.