Las utilidades que aporta la industria del cemento para una valorización material y energética de residuos, segura para la salud y el medio ambiente, centraron buena parte de la sesión de trabajo celebrada el pasado 10 de enero de una delegación de Ciment Català encabezada por el presidente, Salvador Fernández Capo y la vicepresidenta, Carmen Díaz, junto a la secretaria de Acció Climàtica, Anna Barnadas, y la directora general de Qualitat Ambiental i Canvi Climàtic, Mireia Boya. En este sentido, los representantes sectoriales pusieron de relieve la variedad de residuos que puede y necesita utilizar para esta práctica paradigmática de Economía Circular, donde se puede llevar a cabo una valorización energética y material a la vez (coproceso). También hicieron referencia a las dificultades actuales para utilizar fangos secos de estaciones depuradoras de aguas residuales urbanas por el precio del gas necesario para su secado y por la lentitud en la construcción de la tubería de conexión prevista entre la planta de secado de Besòs y la planta de tratamiento de residuos de Sant Adrià, que genera la energía térmica necesaria.

La delegación de Ciment Català y los directivos del departamento de Acció Climàtica de la Generalitat comentaron la importancia del Acuerdo voluntario vigente desde 2002 (ya tres ediciones) que ha permitido al sector ya la administración fijar unos objetivos ambientales más estrictos que los obligatorios en el momento de su implementación, así como tener vías de contacto e interacción que han hecho que la comunicación entre ambas partes sea más fluida, lo que siempre es favorable. Un punto importante de este Acuerdo está ligado a la apuesta del sector por el uso de combustibles alternativos. El aprovechamiento energético de residuos permite sustituir materiales de origen fósil muy lejanos, con la consiguiente contaminación derivada de su transporte. Esta práctica es una de las palancas actualmente claves para alcanzar la neutralidad climática y mantener la competitividad del sector.

La sesión de trabajo concluyó con el compromiso de ambas partes de contribuir al buen desarrollo de la Hoja de Ruta para conseguir la neutralidad climática en 2050.

La reunión se produjo en un contexto en el que el desproporcionado aumento de los precios de la energía durante 2022 ha hecho incrementar los costes de producción que, junto con un possible aumento de la presión fiscal que ya se soporta, puede provocar una consiguiente pérdida de competitividad inasumible para las empresas del sector. En este sentido se hizo referencia a la posible introducción de un impuesto a las emisiones del CO2 por parte de la Generalitat en una industria que ya está afectada por la normativa del mercado de emisiones europeo suponiendo, en la práctica, una doble imposición por las emisiones.

Los representantes de la industria del cemento pusieron de manifiesto su compromiso con la protección del entorno ambiental recordando los más de 160 millones de euros invertidos en este ámbito durante las últimas dos décadas.