El consumo de cemento de Cataluña en el mes de abril ha registrado una caída del 11,6%, situándose en tan sólo 169 mil toneladas. Las variaciones que se están produciendo durante 2023 en el mercado, con alternancia de crecimiento y reducciones, vienen provocadas por causas distorsionadoras y extraordinarias, como la falta de ejecución de las infraestructuras y edificaciones licitadas, o los efectos del fin de la huelga de transportistas del pasado año, que provocaron un fuerte rebote de las ventas en abril de 2022.

Ya sea por la falta de diligencia de las diferentes administraciones, por los concursos desiertos o por la paralización de los proyectos debido al incremento de costes, la actividad constructora pública sigue a niveles muy bajos. Esto comporta una contracción del mercado del cemento, que se mantiene a niveles de hace casi 60 años.

El presidente de la patronal Ciment Català, Salvador Fernández Capo, advierte que “esta parálisis en la construcción y mantenimiento de equipamientos públicos perjudica gravemente a la ciudadanía. Sólo hace falta recordar los recientes ejemplos de los problemas que ha habido en la red de Cercanías o el colapso de las autopistas, sin olvidar los efectos derivados de la carencia de soluciones infraestructurales que provoca la sequía”.

Por otra parte, el gran incremento de las exportaciones de cemento y clínker en abril han generado un crecimiento en el conjunto de los últimos doce meses del 15,6%, situándose en 1,97 millones de toneladas.