La contribución de las fábricas catalanas de cemento en la lucha contra el Cambio Climático experimentó un salto cualitativo 2020 gracias al incremento en la recuperación energética de residuos, que se situó en el 40,65% frente al 34,97 % de 2019. Con esta práctica de Economía Circular se evitó la emisión a la atmósfera de más de 347 mil toneladas de CO2 procedentes de combustibles fósiles, y también se impidió que más de 284 mil toneladas de residuos acabaran en vertederos, con los consiguientes problemas ambientales que esto conlleva.

La última reunión del sector con la Generalitat, celebrada telemáticamente el pasado 11 de mayo en el marco del seguimiento del Acuerdo Voluntario para la eficiencia en el uso de los recursos, puso de relieve el nivel de desempeño ambiental de la industria catalana del cemento. Aparte de la recuperación energética, la valorización material de residuos (aprovechamiento como materia prima en la fabricación de clínker) y el uso de subproductos fue de 114 mil toneladas (casi un 6,5% más que el 2019).

En el ejercicio 2020, y a pesar del contexto restrictivo de la actividad debido a la pandemia del Covid-19, la industria cementera invirtió 3,5 millones de euros en mejoras ambientales, teniendo como principales partidas la disminución de impacto visual, la valorización energética de residuos, la reducción de emisiones de partículas de fuentes localizadas, la mejora de la eficiencia energética, y la reducción de emisiones de óxidos de nitrógeno y de azufre. Por otra parte, y como en años anteriores, en 2020 se alcanzó el 100% de cumplimiento en todos los valores límite de emisión para cada uno de los focos emisores a la atmósfera.

Durante la reunión el presidente de Ciment Català, Salvador Fernández Capo, presentó un resumen de la situación del sector y también la Hoja de Ruta para Neutralidad en Carbono 2050. El presidente reiteró el compromiso del sector con este proyecto, afirmando que quien no reduzca sus emisiones quedará fuera del mercado europeo.