Las empresas fabricantes de cemento en Cataluña reclaman a las administraciones públicas un compromiso para mantener la actividad en el sector de la Construcción, entendiendo que esta es la mejor fórmula para frenar las consecuencias negativas de la emergencia sanitaria por la COVID-19 y, sobre todo, para conseguir una rápida y completa recuperación de la economía del país. Según la patronal Ciment Català, volver con la máxima celeridad a la normalidad en la Construcción ayudaría a una reanudación sostenida en la edificación y mantenimiento de infraestructuras, implicaría conservar puestos de trabajo y el consiguiente freno del paro y de las prestaciones que lo acompañan, y generaría un efecto multiplicador de actividad en otros sectores industriales y de servicios.

Todo esto, sin embargo, debe llevarse a la práctica anteponiendo la seguridad y la salud laboral, un aspecto prioritario para la industria cementera. Todas las fábricas catalanas han implantado, desde antes incluso del decreto de estado de alarma, medidas destinadas a proteger a la plantilla, para continuar fabricando cemento y garantizando el abastecimiento de producto. Entre los protocolos aplicados figuran el teletrabajo para todas aquellas áreas en que es posible, desde administración a comercial. También la disposición de EPIs (equipos de protección individual) para los trabajadores que deben estar presentes en los recintos industriales. Estas medidas se complementan, además, con dos características propias de las fábricas de cemento, como son su dotación tecnológica (que evita interacciones innecesarias entre personas) y las dimensiones de las instalaciones, que garantizan la distancia social entre obreros.

En este contexto de emergencia, Ciment Català se pone a disposición de la Administración para, en caso necesario, destruir aquellos residuos que puedan presentar signos de contagio de la COVID-19. Por el hecho de contar durante la producción de clínker con las temperaturas más altas de cualquier proceso industrial, superiores en llama a los 2.000ºC, la valorización energética de estos residuos puede llevarse a cabo con todas las garantías ambientales y de seguridad y salud de empleados, ciudadanía y entorno natural.

En cuanto a la situación de mercado, los datos estadísticos provisionales de Producción y Consumo del mes de marzo indican una caída respectiva del 10% y el 27% en relación a marzo de 2019. Estos datos, sin embargo, no recogen todavía en toda su extensión el impacto del paro de las obras decretada por el gobierno español para el período 30 de marzo a 13 de abril.