Los datos del Barómetro del Cemento que gestiona Oficemen correspondientes a mayo de 2018 han registrado un crecimiento interanual del consumo de cemento en Cataluña del 12%, lo que representa un 2% de caída respecto del mes anterior. En términos absolutos, el consumo estimado de cemento en el período junio de 2017 – mayo de 2018 ha sido de 1,95 millones de toneladas.

Esta desaceleración en la demanda del mercado doméstico coincide con la progresiva pérdida de competitividad de las empresas catalanas confrontada con otros países. Esto se ha traducido, en la práctica, en una caída de cerca del 8% de las exportaciones en el último año en comparación con el año anterior. En los últimos 12 meses, las exportaciones de cemento y clínker han sumado 2,3 millones de toneladas.

La falta de competitividad en los mercados internacionales ha provocado, de rebote, una disminución de la producción de cemento en Cataluña del 12% durante los últimos 12 meses, que se situó en 3,14 millones de toneladas. Los costos de la energía eléctrica y el alto precio de los derechos de emisión de CO2 penalizan la industria cementera catalana, que debe asumir costes de producción más elevados que otros países de nuestro entorno socioeconómico.