El consumo de cemento en Cataluña durante el año 2020 (enero a septiembre) se ha reducido un 13% en comparación con el mismo período del 2019 como consecuencia, fundamentalmente, de la caída de la actividad económica debido a la Covidien-19. Sin embargo, los datos del mes de septiembre indican una cierta normalización del mercado doméstico, que se ha mantenido, con un ligero incremento del 1,6% respecto del año anterior.

Salvador Fernández Capo, presidente de Ciment Català, advierte que «habrá que ver, ahora, los efectos que tendrán sobre los datos de los próximos meses la finalización de obras en marcha si no se aceleran las previsiones de inicio de nuevas infraestructuras, como en el corredor mediterráneo, las redes de cercanías o los accesos a puertos, que son imprescindibles para asegurar la competitividad futura de nuestro país».

De momento, en septiembre se ha producido una fuerte disminución de las exportaciones de las fábricas catalanas, que se han reducido casi a la mitad. Una causa importante de elloes el efecto que ha tenido sobre la competitividad el mercado de emisiones de gases de efecto invernadero, como el CO2, que no existe en otros países exportadores de cemento fuera de la UE.

Además, las fábricas de España se ven también perjudicadas por el elevado coste de la energía eléctrica en comparación con el resto de Europa, lo que todavía las penaliza más a la hora de vender su producto al extranjero.