La última reunión del Acuerdo Voluntario para la eficiencia en el uso de los recursos, y la transición hacia una Economía Circular de la industria catalana del cemento, celebrada entre Ciment Català y el Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat el pasado 11 de noviembre, ha puesto de manifiesto el cumplimiento absoluto de los objetivos ambientales en cuanto a las emisiones de todas las fábricas catalanas. La reunión se centró en el cierre de los datos relativos a 2019, en el que la industria cementera catalana invirtió 6,1 millones de euros en mejoras ambientales, principalmente focalizadas en la reducción de las emisiones de partículas de los hornos de cemento, en la disminución del impacto visual, en la valorización energética de residuos, en la calidad de los vertidos al agua y en la reducción de las emisiones de olores. Esta inversión de 2019 ha más que duplicado la de 2018. Las diferencias más significativas respecto fueron las inversiones realizadas en la reducción de las emisiones de partículas de los hornos, con una inversión de 3 millones de euros, y en las inversiones realizadas en la disminución del impacto visual, con un total de 1, 4 millones de euros.

El grupo de trabajo, tras la presentación del informe agregado 2019, constató que se llegó al 100% de logro en todos los valores límite de emisión para cada uno de los focos emisores a la atmósfera. Estos valores límite de emisión no superan los niveles de emisión asociados al uso de las mejores técnicas disponibles establecidas por la Unión Europea. También certificó las empresas asociadas a Ciment Català cumplen con las determinaciones de la Decisión de Ejecución de la Comisión UE 2013/163 / UE, de 26 de marzo de 2013, por la que se establecen las conclusiones sobre las Mejores Técnicas Disponibles (MTD) para la fabricación de cemento.

Por otra parte, la sustitución energética de 2019 se mantuvo en un 34,97%, ligeramente superior a la de 2018 pero todavía lejos del objetivo para el año 2020 (60%). La falta de disponibilidad de combustibles alternativos competitivos (más cantidad y variedad) fue la principal causa.

Entre otras cuestiones, la reunión también sirvió para analizar el seguimiento del protocolo para la definición del blanco de amoníaco, que se ha trabajado desde finales de 2018 y publicado a principios de 2020. También, vistos los resultados conseguidos con los 3 convenios anteriores, se empezó a debatir sobre la renovación o posible prórroga del Acuerdo Voluntario. Por último, los representantes de la Generalitat mostraron su interés en participar en la edición de la Hoja de Ruta para la neutralidad en carbono de la industria cementera catalana en 2050, un proyecto que consideraron muy útil y ejemplar, hasta el punto que se usará para incentivar las industrias de otros sectores a desarrollar una iniciativa similar.